Escuela para monstruos,
el primer día te asusta.
editorial Harper,
de la serie ¡Yo puedo leer!
Norman era el chico más normal y estándar que hayas visto.
Norman no tenía cuernos, ni colmillos o garras, tampoco tenía una cola, el simplemente era normal.
Pero durante su primer día de clases en su nueva escuela, Norman se sintió un poco raro. "No voy a encajar nunca," murmuró Norman.
La nueva escuela de Norman estaba llena de monstruos. Monstruos peludos, monstruos horribles, monstruos llamados Larry. "Yo no pertenezco a éste lugar," dijo Norman.
La señora de la oficina sonrió, pero su boca tenía dientes extras. El portero le estrechó la mano, pero en vez de darle la mano, sacó una lengua muy larga.
"Es normal que en el primer día te sientas algo incómodo," dijo el director sin cabeza. "¿Cómo puede hablar sin tener cabeza?" Se preguntó Norman lleno de asombro.
Una chica llevó a Norman a su nuevo salón de clases. Era una niña color verde. Ella montó una escoba. Olía como a lagartijas. Norman estaba asustado.
Hilda no era muy buena volando. "¡No tan rápido!" gritó Norman. "¡Ésto no es nada!" gritó Hilda. "¡No tan alto!" Volvió a gritar Norman. "¡No voy tan alto!" respondió Hilda. "¡Quiero vomitar!" dijo Norman. "¡Ahora estás verde, como yo!" le dijo Hilda.
(Favor de no gruñir en el pasillo)
Para cuando llegaron al salón, Norman tenía el cabello alborotado. "Extraño mi vieja escuela," dijo Norman.
"Hola, yo soy la señorita Clops," dijo la profesora. Ella tenía un sólo ojo muy grande. Ella parpadeo con su único ojo. ¿O me guiñó el ojo? Es difícil notar la diferencia con sólo un ojo, pensó Norman.
Norman se sentía el raro de la clase, todos se le quedaban viendo. "No tiene cuernos," dijo una niña con unos cuernotes. "El no tiene ni garras ni colmillos," dijo un niño con garras y colmillos. "El tampoco tiene una cola," dijo un chico mientras se picaba la nariz con su propia cola. "Pero si se pone verde," dijo Hilda. "Y cuando se pone verde, se le ponen los ojos saltones."
Norman se sentó en un escritorio vacío. "¡ouch!" Dijo una voz. "¡quítate!" Norman pegó un brinco. "Lo siento," le dijo. "No te vi."
"El es Gary," le dijo Hilda. "El es un fantasma. La señorita Clops nunca lo ve cuando el levanta la mano para participar." "Y ella siempre cree que estoy ausente," dijo Gary.
El día fue de compartir. Un chico compartió un ratón que vivía en su cabeza. Una chica con dos cabezas, hizo una competencia de inflar burbujas con goma de mascar.
Otro muchacho hizo malabares con sus globos oculares. El pisó uno de ellos por accidente. Quedó aplastado. Norman se sentía preocupado de que tendría que compartir de lo mismo que comió en el desayuno.
Después la señorita Clops les pasó dictado. Olvidó entregarle la hoja a Gary.
La chica de dos cabezas tuvo problemas por copiar durante el dictado. "¿Un exámen en mi primer día?" Se dijo Norman. "Ésta escuela si que es horrible."
"¡Hora de receso!" Dijo Gary. "¡No crema de cacahuete de nuevo!" Hilda golpeó. Sacó su c
varita mágica y desapareció su almuerzo.
"¡Delicioso!" Dijo Hilda. "Un sándwich de ensalada de rana. ¿Gustas la mitad?" Norman se volvió a poner verde. "¡Sus ojos de verdad se le saltan!" Dijo Gary.
En el recreo, Norman golpeó a Harry jugando tetherball. Harry era un mal perdedor.
Y se transformó en un niño lobo. Se comió la pelota y se tragó también la cuerda. "¡No volveré a jugar con el de nuevo!" Dijo Norman.
Todos jugaron a las escondidas. Nadie pudo encontrar a Gary. "El es bueno jugando ésto," dijo Hilda.
Jugaron a las traes, pero la mano de Frankie se le despegaba a cada rato. Entonces mejor jugaron al gato con la mano de Frankie. "¡regresenme mi mano!" Súplicaba Frankie.
Al final del día, la señorita Clops regresó los exámenes de dictado. Dijo que tenía algunas novedades.
"Norman fue el único estudiante que escribió todas las palabras sin errores de ortografía," dijo muy entusiasmada. "¡Incluso las palabras extras, estaban correctas!"
Todos voltearon a ver a Norman. " Eso no es normal," dijo la niña de los cuernos. "Eso es muy extraño," dijo el chico de las garras y colmillos. "El es raro," dijo el niño con cola. "No," dijo Hilda. "El es ahora uno de nosotros."
Y por primera vez en ese día, Norman pensó que si podría encajar bien en su nueva escuela después todo.