Durante esos años, a inicios del la decada del 2000s, el padre fue enviado de Tijuana a Ciudad Juárez, Chihuahua, para prestar su servicio comunitario como párroco en una de las sedes del proyecto Salesiano en aquella ciudad.
En una ocasión que me encontré con él le pedí que me explicara sobre la situación de las mujeres muertas de Juárez. Le pregunté ¿Qué está sucediendo en Juárez? La información que nos llega me deja aún con muchas dudas, le expresaba yo. El se veía muy consternado sobre lo sucedía en su comunidad, era una persona consciente y estudiosa, indagaba en la temática. Me respondió con un artículo muy extenso donde me explicaba lo profundo de dicha problemática. Para mi él es o fue, porque no supe más de él, una persona ejemplar, excelente ser humano y lleno de empatía. El padre Javier Prieto, se solidarizó con las madres, las amigas, las tías, las abuelas y todas las mujeres que buscaban en el desierto, debajo de los matorrales a sus hijas, hermanas, sobrinas, primas, amigas, a diferencia de otros sacerdotes y líderes religiosos que critican el movimiento feminista, que desestiman las marchas, la lucha, el dolor y la desesperación de las personas que están hartas ya de más de 20 años de feminicidios en nuestro país.
El artículo lo escribió Graciela Atencio, en conjunto con los familiares de las víctimas de Juárez.
Se titula NOS MATAN POR SER MUJERES. Copio y pego desde mi email la información que me proporcionó el Padre Javier Prieto hace ya casi 16 años, porque tenemos años con éste cáncer que como una metástasis ha cundido en toda la extensión de la república mexicana.
- javier prieto30 de junio de 2004 a las 14:46Te envío a continuación el artículo soabre las muertasde Juárez. Espero te pueda llegar bien.P A N Y R O S A S25 de mayo del 2004Asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, México¿Por qué nos matan?Graciela AtencioRebeliónARTICULONOS MATAN POR SER MUJERESNos matan desde los inicios de la sociedad humana,desde que quisimos construir un mundo sin jerarquías,sin la supremacía de las guerras -génesis contranatura de los pactos de convivencia pacífica-. Nosmatan desde que nos pusimos de pie e intentamosproclamar una igualdad que nunca hemos alcanzado hastaahora. Nos matan en un presente perpetuo por la fuerzabruta cuando, aún defendiéndonos en ese acto final, nopodemos evitar que nos arrojen por una ventana, nosestrangulen, nos atropellen por la calle, nos den unacuchillada, un balazo o un golpe preciso. Nos matansimbólicamente millones de veces en una vida cuandoviolan y vejan nuestro cuerpo o nos maltratan física ypsicológicamente. Cuando abusan sexualmente padres oextraños siendo niñas. Nos matan cuando nos vendencomo esclavas sexuales, nos obligan a ejercer laprostitución o a ser objeto de la pornografía. Nosmatan cuando nos desplazan en las guerras, nossecuestran para enrolarnos en los ejércitos o nosviolan sistemáticamente los distintos bandos queparticipan en conflictos armados. Nos matan cuandomutilan nuestros clítoris, nos obligan a engendrarhijos o a parirlos o nos someten a unaheterosexualidad forzada. Nos matan cuando nos acosansexualmente en el trabajo, nos pagan menos que a loshombres por igual desempeño o no reconocen nuestrastareas de amas de casa como una labor remunerada. Nosmatan cuando a las campesinas nos prohíben ejercernuestro derecho a poseer la tierra o no nos dejanheredarla. Nos matan cuando no nos permiten ir a laescuela o a la universidad. O nos suprimen sutilmentela posibilidad de estudiar cierto tipo de carreras.Nos matan cuando no nos dejan acceder a puestos depoder en la política, las fabricas, las empresas, losmedios de comunicación... Nos matan desde el Estadocuando minimizan estas y otras tantas prácticasfemicidas. Nos matan desde la tiranía del lenguaje,que, en su genérico, nos subsume al masculino y así,hombres y m ujeres son hombres, a fin de cuentas lasmujeres empezamos a ser invisibles en el lenguaje. Nosmatan cuando colonizan nuestros cuerpos con finitos yfracasados discursos del poder o con la hegemoníaandrocéntrica de las ideologías.El modelo del holocaustoNos matan con distintos catálogos de la barbarie. Yaunque en Ciudad Juárez se dan casi todo tipo deprácticas femicidas, toleradas, amparadas y protegidaspor el estado mexicano, la urbe fronteriza haasimilado el catálogo más atroz: el modelo delholocausto, que aniquila a mujeres de ciertascaracterísticas, operado con un funcionamiento similaral de los campos de exterminio. Y no importa el númerode asesinadas y desaparecidas, reducir esas mujeres aun número es cosificarlas doblemente. Importa lamaquinaria concentracionaria que funciona de manerasigilosa, premeditada, organizada dentro de unapirámide cuya cúspide es hermética y eficaz. En lacima, empresarios y narcotraficantes, con el apoyo desicarios o asesinos en serie, celebran rituales deplacer en los que sellan pactos de fraternidad através de orgías sexuales, gestadas desde el secuestroy el cautiverio de jóvenes mujeres, que luego violan,torturan, mutilan y asesinan (el periodista y escritormexicano S erg io González Rodríguez documenta enHuesos en el desierto, editorial Anagrama, 2002, unaprofunda y detallada investigación que desenmascara elvínculo de estos prominentes empresarios con loscrímenes; en esa misma línea, se inscribe el trabajode la periodista mexicano-estadounidense, DianaWashington Valdez, en un libro de próxima aparición enlos Estados Unidos, Harvest of Women: A MexicanSafari).Por debajo están los incondicionales del sistema:funcionarios de gobierno, hampones de poca monta yvarones asociados, que se hincan al absolutismo y lasfunciones del campo impuestas por los amos: ser unengranaje dentro de los circuitos de detección,búsqueda, secuestro, cautiverio y tratamiento de loscuerpos de las víctimas ya sin vida (luegodesaparecidos o arrojados en baldíos).En cualquier política de exterminio, la aversióncontra un grupo determinado de personas, en este caso,de mujeres, jóvenes, morenas y pobres, esconde, endefinitiva - como bien lo descubrió en carne propiaPrimo Levi (Si esto es un hombre, Taurus, MuchnikEditores, 2002)- la aversión de lo que es diferente alos asesinos y sus cómplices. Esa 'otra' merece sereliminada. Merece ser perseguida, aterrorizada,hostigada, usada, desechada, según la ideología de losvictimarios. Y aunque el hueco epistemológico y elhoyo negro no permiten justificar este exterminio niningún otro, la ideología superficial no les pertenecea ellos ni a la máquina criminal, sino a la sociedadque ha consentido y promovido la creación detecnologías encargadas de subestimar, humillar,oprimir y matar a las mujeres. El estado totalizadorsólo se encarga de normalizar esas prácticassecularizándolas en circuitos supuestamente cerrados yajenos a la sociedad. El estado avala la política deexterminio. El estado sostiene la pirámide sobre laque los señores del poder han diseñado su estructurajerárquica. La pirámide a su vez, funciona como unaentelequia: se autorreg ula y permanentemente se vadelimitando a sí misma.Circuitos protegidos por el estado que hacen rodar elengranaje de toda la maquinaria, dirigidos por losseñores del poder. Dirigidos, no controlados. Porqueaunque los poderosos creen que controlan totalmentelas operaciones, en sus despliegues caciquiles hallanlíneas de fuga y caos.En la base de la pirámide, un grupo se encarga debuscar las jóvenes y de secuestrarlas; o un númerodeterminado de individuos las preselecciona y otro lasrapta: policías municipales o estatales, miembros depandillas o de clanes narcos asociados a los señores,empleados de empresas vinculadas al narcolavado (haytestimonios que involucran a personal de las escuelasde computación ECCO, una cadena de zapaterías y latienda de discos, Paraíso Musical (ubicada en elcentro de la ciudad), en este proceso del engranaje.Están los que hacen la tarea de la servidumbre:cuidan, alimentan y supervisan el cautiverio de lasvíctimas. ¿Dónde? Informes extraoficiales señalan quelos sitios han ido variando. No resulta difícilinferir que las mantienen en casas especialmenteasignadas para el cautiverio y que éstas se vanreciclando y cambiando de paradero para esterilizar laoperación. Los que se deshacen de las mujeres: lasarrojan en baldíos, las entierran en cementeriosclandesti nos o usan técnicas macabras con el objetivode no dejar rastros de la existencia de sus cuerpos.Estos hombres también pertenecen a la base de lapirámide y se puede inferir por la jerarquizaciónestricta que hay dentro de las bandas de narcos y delas castas de micropoder impuestas por los señores,que no disponen del destino de las víctimas ni tienenderecho a utilizarlas como objeto de placer.En el circuito intermedio de la pirámide se encuentranlos que saben, consienten, protegen a los capos y danrienda suelta al círculo de la impunidad y de labarbarie, con acciones quirúrgicas destinadas acolocar otra puesta en escena desde donde amputan laverdad y legitiman la mentira (y sino, ver el montajeque la Procuraduría General de la República realizópara atraer a seis casos de asesinadas, que en unaprimera investigación, en abril de 2003, fueronligados al tráfico de órganos y luego se comprobó queel testigo y los implicados, narraron una historiainfantil y ridícula, que olía a fabulación paradesviar una vez más la atención de la línea deinvestigación que conducía al esclarecimiento de loscrímenes). Los amos también echan mano de los mediosde comunicación y de la publicidad pagada por elestado; estos distraen y construyen una versión burdadel modelo de propaganda, basado en la minimización dela patología social y en la supuesta eficacia delgobierno en el combate al delito. Gobernadores delestado de Chihuahua, el actual, Patricio Martínez y elanterior, Francisco Barrio, miembros de la policíamunicipal y estatal, miembros de la ProcuraduríaGeneral del Estado y de la Procuraduría General de laRepública, jueces y oficiales de la justicia,secretarios de estado del gobierno federal,funcionarios allegados al presidente de la república,Vicente Fox, editores y reporteros de publicaciones,se funden en este circuito del engranaje. Los que danlas órdenes y los que las obedecen llevan a cabooperativos con guiones inverosímiles: borran pruebasde los crímenes o fabrican falsas evidencias queinculpan a 'chivos expiatorios'; persiguen, vigilan yamenazan a familiares de las víctimas, a integrantesde organizaciones de derechos humanos, a defensoras ydefensores legales; compran el silencio de testigos yde familiares o los 'eliminan'; rompen o disuelvenasociaciones que buscan la justicia; crean nuevascorporaciones encarg adas de administrar justic ia (lafiscalía especial mixta, nacida a finales de enero de2004) para tranquilizar a ongs extranjeras o a laOrganización de Naciones Unidas; o simplementeinforman a la sociedad chihuahuense sobre la leyendanegra de Ciudad Juárez, que ¡ injustamente circula porel mundo! En conjunto, institucionalizan eloscurantismo, reciclan la solidez de la pirámide y dela maquinaria concentracionaria. Y no importa quecambien los presidentes, los gobernadores, lossecretarios de estado, los procuradores, los jueces,los editores. En estos 11 años eso ya ha ocurrido y lamafia narcofascista sigue ahí, detrás, ofreciendo unadotación de billetes a funcionarios de anticuario oadvenedizos, digitalizando el proceso, laautomatización de la toma de decisiones, dosificandola violencia, el terror y el control sobre lapoblación civil, generando más pobreza, más miseria,más calamidad.Es probable que los miembros de ambos segmentos de lamaquinaria represora que participan en estas tareas nose consideren cómplices directos del femicidio. "Lafragmentación del trabajo suspende la responsabilidadmoral, aunque en los hechos siempre existenposibilidades de elección por mínimas que sean",explica en Pilar Calveiro (Desapariciones, Taurus,2002), superviviente a un campo de concentraciónargentino y estudiosa del fenómeno concentracionario.La cúspide de la pirámide"Se aprende más fácilmente a torturar que a describirla tortura", esboza el dramaturgo alemán Heiner Müller(Heiner Muller Reader: Plays, Poetry, Prose, CarlWeber , Editor PAJ Books Series, 2001). Todos los queforman parte de la pirámide lo hacen muy bien. Directao figurativamente. Pero algunos de ellos, los de lacúspide, presidentes de corporaciones multinacionales,ilustres empresarios locales cuyos nombres, homónimosa los de sus abuelos o padres, han bautizado avenidaso patrocinan 'planes estratégicos' de crecimiento dela ciudad, obras de beneficencia y hasta algunaorganización no gubernamental que lucha contra laviolencia de género. Entremezclados entre gentes debien, presumen sus fortunas y su reputación,originadas en preceptos tan primitivos como el saqueoy la intimidación hacia los otros y las otras condinero o con pistolas.El holocausto se multiplica con distintas performancesen varios lugares del planeta. Estamos a la deriva denosotras y nosotros mismos. Somos yos naufragados enel océano civilizatorio. Siempre que el poder tenga larazón se niega la condición humana.República fascista de Salò, 1944, cuatro señores: unpresidente, un obispo, un juez y un hombre de negociosse reúnen en un palacio. Previamente han ordenadosecuestrar a 16 adolescentes, ocho mujeres y ochovarones. Atrapados en un escenario orgiástico, losjóvenes serán sometidos a torturas y vejacionesmúltiples y sus vidas se convertirán en fetiches delos capos del stablishment. Pier Paolo Pasolinidescuartiza en la película Salò o los 120 días deSodoma (Salò o le 120 giornate di Sodoma, 1975, DVD,Bfi video Publishing, 2001 edition) una realidadrepulsiva y difícil de sobrellevar visualmente.Enseña, desde su estética mórbida y provocativa, queel horror se cuece en el centro mismo del poder,porque "lo que mejor caracteriza a todo poder es sunatural capacidad de transformar los cuerpos encosas". Decepcionado de su país natal, el cineasta sequejaba: "he terminado aceptando a Italia tal cual esahora. Un inmenso pozo de serpientes donde, salvoalguna excepción y algunas míseras élites, todo esserpientes, estúpidas y feroces, indiferenciables,ambiguas, desagradables". La perspectiva androcéntricade Pasolini no escapa a su propia debilidad: reconocerque el patriarcado nació también para convertir a laviolencia en un escudo, en un pilar que lo sostuviera.Dice el guión de Salò en boca de los verdugos: "Elprincipio de toda grandeza en la tierra está bañado ensangre".¿Sirve de algo imaginar o tratar de reconstruir lo queesos hombres hacen con esas jóvenes en sus mansiones,en sus ranchos, en sus propiedades custodiadas poraprendices de sicarios, o en casas destinadasespecialmente para los rituales? ¿Por qué seguirllamándolo rituales cuando en realidad son sesiones detortura y asesinato, dictámenes de pena de muerte porser mujeres, pobres y con una vida por delante? ¿Porqué tiene que ser una ilusión que los verdaderosasesinos vayan a la cárcel y paguen con el repudio dela sociedad a la que pertenecen? ¿Por qué el femicidiode Ciudad Juárez o la matanza sistemática de mujeresen Guatemala, El Salvador, Colombia y países de otroscontinentes, no impactan en la opinión públicainternacional como la guerra de Irak, el conflictopalestino-israelí o la amenaza del terrorismointegrista?El holocausto contra las mujeres, sólo por el hecho deser mujeres, siempre se ha asimilado de maneranatural...El discurso dominante de periodistas, narradores,publicistas, ingenieros de entertainment, cuando serefieren a la violencia contra las mujeres, toman alcuerpo femenino como "vaciadero de basuras",receptáculo de la devoción por la sangre, de lapenetración sin consentimiento merecida. Las mujeresnos topamos todos los días con decenas de íconos,imágenes, figuras, símbolos que sacralizan laviolencia, le rinden pleitesía, la adoran, lapontifican.¿Por qué tenemos que seguir soportando que se nosimponga la identificación de la violencia con losvictimarios?Las madres de las asesinadasEn la reunión privada que madres de las víctimastuvieron con Irene Kahn, directora de AmnistíaInternacional, en agosto de 2003, en Ciudad Juárez, enel marco de la presentación del informe Muertesintolerables, solicitaron a la organización dederechos humanos a la que ella representaba, algo queiba más allá de encontrar a los culpables, la denunciadel hostigamiento del gobierno o las dificultadeseconómicas que les impide vivir dignamente y contarcon recursos para sostener abogados de sus casos. "Nonos dejen solas", reclamaban. Pedían un acto amoroso.No cuantificable. Y sin embargo, el estado y lasociedad juarense las dejaron solas. Y solas -salvohonrosas excepciones como las ongs Justicia paranuestras hijas y Nuestras hijas de regreso a casa -batallan. Y su batalla es la de todas y todos los queno tienen voz en este mundo, de los que han sidoavasallados por la globalización, por la impiedad delsistema.Ninguna sociedad puede escapar a sus miserias. Tarde otemprano la sociedad juarense y mexicana asumirán lapolítica de exterminio contra las mujeres como unfenómeno universal y propio, nacido en sus entrañas.La resistencia aún no es sólida. No hay indicios deque colectivamente vaya a asumirse la violencia contralas mujeres como un problema estructural, que en susextremos permite que un grupo de señores matesistemáticamente a mujeres y que el estado avale esapráctica. La psicoanalista Laura Bonaparte, con sietedesaparecidos en su familia, madre de Plaza de Mayo,línea fundadora, organización que denunció en ladécada del '70 miles de desapariciones en Argentina,analiza la situación en Juárez y advierte que "cuandono se hace justicia, la sociedad enloquece de rencor ydesconfianza. Se incuba el miedo y se producentrastornos, no sólo en los familiares directos sino entoda la comunidad. Prevalece el egoísmo, laindiferencia, la falta de solidaridad y esto finalmente provoca que la ciudadanía no se una para lucharcontra los genocidas".Pero se empieza por el reconocimiento del horror. Enese proceso, ¿nos iremos acercando a la salida?Mientras tanto, en el aquí y ahora esas madres esperanuna contención afectiva y psicosomática por parte deun sector mayoritario de los juarenses y no sólo degrupos vinculados a los derechos humanos. No quierenmigajas de lástima...Desean que la comunidad y lasautoridades les den un trato respetuoso, añoranmovilizaciones multitudinarias exigiendo justicia,pensiones económicas que les alcance para llegar a finde mes y que les facilite la lucha por encontrar a losasesinos. Los juarenses no han comprendido aún queesas muertas, esas desaparecidas, son sus muertas, susdesaparecidas. El horror se palpita en cruces rosas,levantadas donde fueron hallados los cuerpos dealgunas víctimas; en fotografías de niñas y jovencitaspegadas sobre los postes de luz de las calles, con laleyenda: "Se busca"; en el dolor de los rostros y lasmiradas de esas madres, que no entienden la atrocidaddesplegada sobre los cuerpos de sus hijas y laconsecuente complicidad del poder; en la tr istezainfinita de los familiares de las desaparecidas,condenados a no hacer el duelo mientras no sematerialice el cuerpo de su ser querido; en la"existencia provisional", eso que el psiquiatra VíctorFrankl (El hombre en busca de sentido, Herder , 2001)entendía como "pérdida del dominio de la vida dentrodel campo", que reduce la cotidianeidad de miles demujeres a sentirse presas potenciales de un secuestro,una violación o un asesinato.La iglesia católica repite sus consignas desde laescritura y sanción del Maellus Maleficarum (Elmartillo de las brujas) en 1448. Las autoridadeseclesiásticas mexicanas callan. Saben lo que algunas yalgunos conocemos acerca de los crímenes de mujeres.Tendrán sus motivos para callar. La Santa Inquisiciónsistematizó la primera política de exterminio de lasmujeres, el primer tope legal amparado por el estadoque nos pusieron para que no peligrara el patriarcado(The age of sex Crime, Jane Caputi, Popular Press,1987) . Habría que preguntarle a los profanadores dela fe, ¿qué significan para ellos esas cruces rosas dehijas sacrificadas en nombre del reino de Diosdiseminadas por la ciudad?En Juárez, el mundo está hecho a imagen y semejanza node dios sino de una versión omnipotente ysobredimensionada de aquellos varones que se erigen así mismos dioses sobre la tierra. ¿O acaso los señoresno se sienten todopoderosos en su territorio cuando,en noviembre de 2001, ordenan arrojar ocho cuerpos demujeres en un campo algodonero ubicado frente a lasinstalaciones de la Asociación de Maquiladoras deCiudad Juárez? Su religión los preteje de los malesque fabrican. Ellos secuestran, violan y matan a esasniñas y luego van a misa y hacen donativos de caridadporque de todas maneras creen, como sostiene uno delos personajes de la última película de Almodóvar Lamala educación que "dios está de nuestro lado".Y la ciudad toda se vuelve un campo de concentracióndonde los señores no sólo ensayan sus rituales,también construyen otras formas de opresión yengendran nuevos excluidos y excluidas.Las que están vivas- Evita calles oscuras y desoladas- No hables con extraños- Si crees que alguien te sigue, voltea. Si te siguen,grita, cruza la calle y dirígete a una patrulla o alugares donde haya gente- No vistas provocativamente- Lleva un silbato- Cuando salgas de tu casa deja dicho donde vas y aque hora regresas- Deja las luces de tu casa prendidas- Pide a alguien que te espere en la parada del camióno en la esquina de tu casa- No aceptes bebidas de extraños- Si sufres algún ataque no grites "Auxilio", grita"Fuego", así más gente hará caso a tu llamado- Lleva las llaves de tu auto o casa listas ya que silas buscas hasta que llegues es momento propicio paraun ataque- Si de algún auto te hacen alguna pregunta, mantentea una distancia considerable para que no te jalenhacia adentro- Confía en tu instinto; si crees que algo no andabien o no te sientes segura, retírate del lugar o pideayudaNo te expongas a ser parte de las estadísticas; A lapolicía Municipal le compete prevenir crímenesAyúdanos cuidándote(Recomendaciones efectuadas por las autoridades deCiudad Juárez a las mujeres, en enero de 1995,publicadas en tres anuncios en los periódicos Eldiario y Norte. Tomado del ensayo Baile de fantasmas,de María Socorro Tabuenca Córdoba, incluido en lacompilación Más allá de la ciudad letrada: crónicas yespacios urbanos, Biblioteca de América, 2003.)María trabaja por las noches en una cantina típica delcentro de Ciudad Juárez, en la que desfilannarcotraficantes, sicarios y coyotes (traficantes dehumanos). Tiene 25 años y fue a buscarse un porveniral lugar donde han asesinado a más de 400 mujeres y almenos entre 400 y 4000 han desaparecido en más de unadécada. Se marchó de su ciudad natal, Chihuahua, a los16: "Vine con mucha ilusión, conseguí empleo en lamaquila. Pero lo que ganaba, 45 pesos diarios (elequivalente a cuatro dólares) no me alcanzaba paravivir y pagarme la preparatoria...". De condiciónhumilde, sin amigos y sin familia, aceptó iniciarsecomo cantinera a los 18. Para casi todas lascantineras de Juárez es obligatorio usar minifaldas,tacones y labios pintados de rojo carmesí: "el jefenos exige mostrar las piernas...los clientes toman máscervezas y sino te los sacas de encima aunque te digancosas feas, más lana (dinero) entra a la caja".Esparcidas en una ciudad en la que existen cinco cantinas p or cada escuela, allí están ellas, decenas,centenares, ofreciendo sus cuerpos por un ron o unachela. María en realidad todavía conserva el sueño deser maestra. "Con mucho sacrificio me estoyconstruyendo una casita y me compré un carro. Algúndía, si puedo, dejaré este trabajo. Tengo suerteporque no me obligan a acostarme con hombres, otraschavas la pasan peor". ¿Por qué?, pregunto: "No eligesser prostituta o vender esto -y señala su cuerpo,quizá con el mismo desdén con el que lo han de tratarsus clientes-. Como tampoco eligen las chavas que seacuestan por una dosis de heroína. Aquí a la vuelta,en la avenida Juárez te las encuentras a montones.Hayque ser fuerte para soportar esta vida, y no todaspueden -y se corrige- bueno, no todas podemos".Doña Socorro, según sus compañeros de trabajo preparalos mejores burritos de patata con chorizo del centro.Cocinera y encargada de la limpieza de una pizzería enla calle Mina, sus 52 años parecen estrujados por lasextensas jornadas laborales y un problema en la caderaque la hace cojear. No se queja de lo que le hatocado: un marido que no bebe y regresa todos los díasa casa al que llama "mi señor", tres hijos adultos"bien criados", dos chicos y una chica. Uno de elloses "su dolor en el pecho". El joven acaba de salir dela cárcel por asalto a mano armada y no lograrecuperarse de una adicción a la heroína: "Estuvovarios años preso, pero él roba nomás pa' comprarse ladroga". Socorro cambió de dios hace ya bastantetiempo, decepcionada del catolicismo, se convirtió encristiana metodista y su fe es la que la mantiene enpie. De sus hematomas en la cara y sus moretones enlos brazos no habla. Simplemente no contesta si lepreguntas. Hurgando en su interior, dic e que se haolvidado de ella misma. Transmite una lacónicaresignación: "Soy buena sirvienta, tengo claro que yonací para obedecer y mi señor y mi jefe para mandar".Martha, después de haber perdido varios trabajos porla crisis económica, hace dos días ha vuelto a ocuparun puesto en la industria maquiladora, en lasubsidiaria de una corporación estadounidense deautomóviles. No sabe exactamente qué hace: "controloque una cajita de metal con piezas sueltas encaje bienen la máquina...", tampoco ha pensado alguna vez quenunca podrá adquirir uno de los tantos flamantesejemplares de coches cero kilómetro, para los cualesella ensambla una de sus piezas cada día. Fuera de lafábrica, la espera un autobús desvencijado que lallevará, durante el recorrido de casi una hora, a unacolonia peligrosa de las orillas de la ciudad. Entrayectos de similares características a los que ellahace, han desaparecido mujeres que después fueronlocalizadas muertas con signos de tortura yestrangulamiento. Ojos negros, pelo azabache hasta lacintura y una figura esbelta, delgada - como la de laschicas que corresponden al perfil seleccionado por losas esino s-, Martha tiene miedo pero no piensa en esoque a veces la carcome por dentro. "Vivo en una casacon tres puertas de entrada, pero igual me roban dosveces al año. Ya no tienen ni qué robarme". El peligrose acrecentó más, desde que enviudó hace dos años -alos 19-. Ahora sólo cuenta con su madre y con ellacomparte la vivienda. En el fondo se sienteincompleta; dice: "Tendré que buscarme otro hombre queme cuide". Saca de su bolso un recorte del periódicoEl Mexicano que narra la crónica de los hechos: suesposo fallecido murió en una balacera durante unenfrentamiento de pandillas. También me muestra unspray paralizante y unas tijeras: "Por si me quierenhacer algo".Ana es una niña de 12 años originaria de CiudadJuárez. Por las mañanas, a veces va a la escuela. Porlas tardes, empaqueta productos en bolsas de plástico,en un supermercado de la calle Velarde. Come gracias alas propinas que los compradores le dan. Los díasbuenos, entre morralla y morralla junta 30 pesosmexicanos. Parlanchina y simpática, no tarda enacercarse: "Soy la menor de tres hermanas. Todastrabajamos y completamos para pagar el alquiler. No megustan las matemáticas. Prefiero jugar en la calle. Enla escuela me aburro...". Después de varias citascasuales, un día llega cabizbaja, llorando, sangrandosu trauma: "No puedo borrármelo de la cabeza, se meaparece como una película y no se me va... No puedodormir ni comer, no puedo jugar, no quiero estudiar".Su padrastro abusó de ella tres años atrás enrepetidas ocasiones. Comenzó con su hermana mayor,siguió con la de en medio y acabó con Ana. De una a lavez. "Cuando me traía regalos, sabía que ese día metenía que dejar". "Es como si me pasara ahoritamismo". El relato sin puntos ni comas acaba con unapregunta: "¿A ti cómo te pasó?". Intento metermedentro de la cabeza de la niña, hasta que me doycuenta que ella cree que todas las mujeres del mundonos iniciamos con la experiencia de una violación.Semanas más tarde me entero de que su hermana mayor,de 15 años, acaba de quedar embarazada y la que lesigue, de 14, se prostituye con hombres mayores.Desde que el gobierno estatal realizó esa primeracampaña de prevención, en el año '95, se produjeronotros cientos de asesinatos. Y si bien las campañas engeneral, han estado dirigidas a las potencialesvíctimas de los crímenes en serie, estos representan alo sumo el 30 por ciento del total de asesinatoscometidos en algo más de una década. De los 400, lamayoría fueron resultado de la violencia contra lasmujeres. A ver si asimilamos las cifras escandalosas:el 70 por ciento de las mujeres asesinadas en el mundolo son a manos de sus parejas o exparejas.La impunidad con la que actúan los hombres dentro desus casas en Juárez, es consecuente con lastecnologías de la violencia utilizadas por los señoresdel poder dentro de la maquinaria concentracionaria.En ese proceso dialéctico, de retroalimentación de laviolencia en espacios públicos y privados, la fuerzabruta fluye y busca justificarse en la propagandaoficial. Aceptémoslo: el discurso del poder patriarcalno ofrece para nosotras alternativas o espacios denegociación para lograr la tan ansiada igualdad. Hayque desmontar el patriarcado. Pero hay que empezar porel discurso, por el lenguaje. Lo que dice entre líneasel guión de la publicidad, explicado por lainvestigadora del Colegio de la Frontera Norte(Colef), María Socorro Tabuenca Córdoba: "Los tresanuncios estudiados con anterioridad parecen insistiren reforzar el código cultural de que las mujeresestamos más seguras en casa y que los 'extraños' sonlos únicos que nos pueden hacer daño", nos advierteque, aun siendo mujeres adecuadas, sumisas eimitadoras del modelo de 'María' (la madre de dios),no estamos a salvo.La premisa básica del terrorismo sexual es que noestamos a salvo en ningún sitio. Ni en los espaciospúblicos ni en los privados.Necesitamos inventarnos un silbato interno que nos déotras herramientas para frenar la fuerza bruta.El espectáculo patriarcalHasta hace unos años, en el organigrama delnarcotráfico, Juárez era un punto de tránsito de loscargamentos de droga que se dirigían a Estados Unidos.Los señores del poder en connivencia con forajidos deturno y políticos, convirtieron a la ciudad en una delas plazas más importantes del crimen organizado deMéxico y de América Latina. En la actualidad, además,ostenta el segundo lugar del país en el consumo decocaína y heroína. El afamado y temido Cártel deJuárez, junto a otros, se disputan la ciudad y lasrutas de tránsito de la droga. El narcomenudeo (ventaen pequeña escala) le ha usurpado una parte delnegocio al tráfico. Entre las postales cotidianas vescómo, por precios irrisorios, en silencio asesinanvarias generaciones de jóvenes: niños y adolescentesdeambulan en calles aledañas al centro o de coloniasmarginadas; por dos dólares, a las 10 u 11 de lamañana desayunan jeringas de heroína que les vendenescondidas en latas de gaseosa. Las cifras censuradashabla n de 1000, 1200 picaderos (lugares donde seexpende la droga).Según datos extraoficiales de la policía municipal,600 pandillas pululan en la ciudad; 80 o 90 sonviolentas y en algunas sus integrantes roban, violan ymatan mujeres, venden drogas; alimentan su podertemporal con trifulcas, peleas y asesinato de losadversarios de otras pandillas. Las más adaptadas alas leyes antropofágicas dan apoyo logístico alugartenientes de grandes cargamentos de contrabando ode drogas, encubren el reclutamiento de sicarios'estrellas' que ofician como guardaespaldas oasistentes personales de narcotraficantes yempresarios.La guerra de narcos provoca balaceras en lugarespúblicos y a plena luz del día, ejecuciones pordoquier, secuestros, vendettas y desapariciones deimplicados en la mafia. 'El ajuste de cuentas' secobra siempre con una venganza. Y la venganza seaquieta con una venganza mayor. Los códigos rígidos dela barbarie se repiten una y otra vez. Los ritualessangrientos que tienen como únicos protagonistas avarones se perfeccionan y sofistican. Ellos ofrecen ala sociedad el espectáculo patriarcal con un grandespliegue de fuerzas, de energía letal, de sadismoautoreconfortante. Se impone la normativa de lavirilidad irracional y hueca: "A ver quién es másmacho". "A ver quién es el más 'chingón', el máscabrón".La guerra de ellos es contra la vida. La nuestra essobrevivir a sus guerras.Los cínicos minimizan el femicidio argumentando queexiste un patrón de criminalidad generalizado queafecta a diferentes sectores de la sociedad. Anteponenlas cifras de cientos de varones ejecutados y otroscientos desaparecidos -implicados directos en elcrimen organizado- en los últimos 11 años, que porsupuesto son más elevadas a las de las mujeresasesinadas.De los 4200 presos que habitan -hacinados- el Centrode Readaptación Social para Adultos (Cereso) -cárcel-de Juárez, menos del cinco por ciento son mujeres.¿Por qué nosotras reaccionamos de manera distinta a laopresión, la marginalidad, la exclusión, la pobreza? Yno es por sumisión porque en todo caso la sumisión esuna exclusión más. ¿Cuándo empezaremos a reivindicarsocialmente nuestra entereza y estoicismo ante lasdesgracias, las injusticias, la desigualdad?Los opinólogos piden que se inunde la ciudad depolicías y se manden a construir más cárceles paracombatir el delito. Creen que copiando el modelo de la'criminalización de la miseria', exportado por EstadosUnidos, que ha hecho de sus cárceles una industria deimportantes divisas y ha conseguido la estigmatizaciónde los pobres (el 15 por ciento de la poblaciónestadounidense es negra pero los afroamericanos ocupanmás del 50 por ciento de las cárceles), se solucionaráel problema de la inseguridad.Una sociedad que pretende madurar en sus niveles detolerancia no puede aspirar a dejar en manos de lapolicía sus reglas de convivencia. Una comunidad queconfía su porvenir en las llamadas 'fuerzas del orden'está destinada a ser una sociedad totalitaria.El estado de Chihuahua -al que pertenece CiudadJuárez- el año pasado hizo una reforma al código penaly se aumentaron los años de condena a losdelincuentes. Honoré de Balzac, en alguna historia deLa comedia humana, decía que "detrás de una granfortuna hay un crimen". Los delincuentes mayores, loscreadores y regeneradores de la desigualdad social:¿cuándo pisarán una cárcel por sus crímenes masivos?La farsa de esta democracia se consolida en unescenario global virtual, el estado de derecho se hafugado, en el planeta nos gobierna una camarilla deserpientes estúpidas, feroces y desagradables. No haymás que ver las fotos de los candidatos a las próximaselecciones de Juárez y el estado de Chihuahua...o lasde George Bush y Ariel Sharon celebrando holocaustosde su autoría.Las desechables de la maquilaEl capital transnacional opera a través de centenaresde subsidiarias de corporaciones de Estados Unidos,Canadá, Japón, Australia y países de Europa, queencuentran en países como México paraísos fiscales ymano de obra barata. En Juárez, la industriamaquiladora en la actualidad da trabajo a por lo menos130.000 obreras. Desde que los crímenes contra mujeresempezaron a producirse con un patrón, en el año '93,esas multinacionales nunca tomaron acciones paraofrecer mayor seguridad a sus empleadas ni hanpresionado a las autoridades para que pusieranvigilancia en las líneas de autobuses que lastransporta, o se crearan vehículos especiales paratrasladar a aquellas que viven en zonas de altoriesgo. Las que son madres no cuentan con guarderíaspara sus hijas e hijos y muchas de ellas se venobligadas a dejarlos solos o en la calle.No existen leyes eficaces en el Estado de Chihuahua nien México, que las proteja del acoso sexual en elámbito laboral, de la discriminación por sexo omaternidad, que las ampare de despidos arbitrarios,indemnizaciones injustas por incapacidad física opsíquica, bajos salarios, dobles y triples jornadas,condiciones insalubres de trabajo...la lista resultainterminable. Ellas representan al 60 por ciento de lafuerza laboral pero dicho en palabras de la sociólogajuarense, también investigadora del Colef, JuliaMonárrez Fragoso: "Tanto mujeres como hombres somoscapital, somos mercancía: ¿qué valor tiene esamercancía que se paga con un salario tan bajo? Y unsalario cruzado por el género, porque las mujeres sonlas que ocupan los puestos más bajos en la industriamaquiladora. Son las que quedan excluidas de lospuestos de remuneraciones más altas y las que no secapacitan. ¿Para qué invertir en ellas si valen tanpoco?".Minerva C., con experiencia en recursos humanos envarias compañías, guarda un largo anecdotario en tornoa la situación de las mujeres en las maquilas: "Nadiequiere hablar del alto consumo de drogas que haydentro de las naves industriales ni del negocio delnarcomenudeo. Los mismos empleados venden cocaína asus compañeros para poder soportar la presión laboralo las dobles jornadas de trabajo. Las empleadassufren, además, abusos de otro tipo. Me tocó ver ahombres con altos cargos jerárquicos que se 'rifaban'a las jovencitas más guapas. Desde los vidriospolarizados de las oficinas que daban a la plantageneral las escogían y luego, en el mejor de loscasos, las acosaban sexualmente". Una colegaperiodista de Norte, diario de Ciudad Juárez,comentaba que en alguna ocasión le hablaron de "laprueba del espejito (un chiste de humor negro)": siuna joven se acerca a pedir trabajo a la maquila, comoúnico requisito, le piden que impregne su alientosobre un espejo de ma no y si el espejo se empaña, esadmitida. Sólo basta que respire...¿Y qué del reguerode sangre que dejan las corporaciones, con susfabricaciones en serie de objetos destinados alconsumo de los países del primer mundo? Con las reglasdel libre mercado, la vida vale más en los paísesdesarrollados que en los otros. ¿Cómo justificar queuna operaria u operario calificado de la Chrysler,gane de 15 a 20 dólares la hora en Estados Unidos,mientras que por el mismo puesto en Ciudad Juárez sepercibe un dólar con cincuenta? O que las vacas deEuropa reciban un subsidio diario de alrededor de doseuros por cabeza, mientras que en México más de lamitad de la población (al menos 50 millones dehabitantes) se alimenta con el equivalente de menos deun euro diario. Las vacas criadas en los países ricosconsumen la mitad de la producción mundial de granos,al mismo tiempo que más de 800 millones de personasdel planeta pasan hambre.Si el cáncer tuviera una ideología, se basaría en unprincipio: "Crecer por crecer". El consumo también sefundamenta en crecer por crecer. Construido como unode los pilares del capitalismo en su fase terminal, seresguarda en la bandera del desarrollo. En los últimos30 años, el crecer por crecer del consumo nos hallevado a destruir casi un tercio del total de losrecursos naturales, según organismos internacionales,entre ellos el World Conservation Monitoring Center(www.unep-wcmc.org ) . ¿Eso no es un exterminiopremeditado de otros seres vivos?La ética de los civilizadosLa opulencia colectiva enceguece. Adormece lossentidos y amputa la expresión de las emociones. Loshabitantes de Estados Unidos representan al cuatro porciento de la población mundial, sin embargo consumenel 25 por ciento de lo que se produce en el planeta.Otro gran negocio deja ganancias de cientos demillones de dólares al año: el tráfico de humanos. Lamafia de los 'coyotes, polleros o enganchadores'enriquece a policías, funcionarios y autoridadesmigratorias de ambas fronteras. De manera ilegalcruzan a cientos de mujeres, hombres y niños a losEstados Unidos. Algunos olvidados del sistema pierdensu vida en el intento. Pero no les importa correr elriesgo. No 'buscan el sueño americano', tratan de huirde la pobreza extrema, un apartheid que sólo lesofrecerá miseria, hambre, maltrato, vejaciones.Coinciden en una voz: "Prefiero morirme cruzando lafrontera que seguir así". Los que estamos a salvo deesa pobreza no alcanzamos a comprender que ellas yellos ni siquiera pueden elegir la vida sino ciertasformas de supervivencia.Ciudad Juárez versus El Paso. Un alambrado, un puente,un río, una valla, un muro, separan a dos sociedadesque aunque no se diferencian en nada por su DNA, ladicotomía superficial que ve sólo por encima aquelloque se materializa sin ser desgajado, las clasificapor opuestos: bienestar/miseria,civilización/barbarie, imperio/periferia,orden/desorden, pulcritud/suciedad. Basta cruzar lafrontera por cualquiera de los puentes internacionalesque comunican a Ciudad Juárez, con Estados Unidos porEl Paso, Texas, para olfatear en los agentesmigratorios del país del norte, la discriminación, eldesprecio, el autoritarismo de aquellos que seconsideran superiores al resto de los mortales.Probablemente si hiciéramos una encuesta entre las ylos habitantes de El Paso, los resultados arrojaríanque la mayoría no encuentra una directa relación entresu bienestar, confort y acceso a comprar objetos enforma frenética, con que haya otras y otros que losfabrican para ellos, trabaj ando como esclavos a pocoskilómetros de sus casas. Tampoco relacionan el consumoexcesivo con la contaminación. Juárez cumple lasfunciones de un basurero gigantesco de los EstadosUnidos. Cada día de manera legal o clandestinaingresan automóviles, llantas y todo tipo de chatarraque depositan y entierran allí. Los paseños resultanlos más entusiastas en convertir a Juárez en un centrode transgresión a su larga lista de prohibiciones. Losfines de semana, adolescentes 'gringos' de 15 a 20años van a la ciudad mexicana, entre otras cosas, parabeber alcohol. En el país de las libertades no lesestá permitido hacerlo antes de los 21 años, aunque alos 18 los estimulan a enrolarse en el ejército, dondeles enseñan a usar un arma y a matar.¿Cómo no va a necesitar Estados Unidos proveedores desus vicios, cuando registra los mayores índices enconsumo de drogas, pornografía, prostitución demujeres, niñas y niños? México limita con el imperio ysufre el impacto de la opulencia y sus excesos.¿Se puede esperar del gobierno de los Estados Unidoscolaboración y solidaridad en la resolución delfemicidio de Ciudad Juárez? Investigaciones del FBIdieron indicios de que algunos de los asesinos tienenciudadanía estadounidense, son residentes o están almando de empresas con sede en aquel país ¿En québeneficia económicamente al imperio que atrapen a unosseñores, que no sólo controlan el gran tráfico dedrogas que se introduce por la frontera de CiudadJuárez, sino que también resguardan su patrimonio ylavan decenas de millones de dólares anualmente en losEstados Unidos, que provienen de la venta de drogas yde sus monopolios? Es iluso creer que las autoridadesnorteamericanas de primer nivel vayan a meter mano enese asunto. Con un impresionante despliegue digno delpresupuesto militar más elevado del mundo (equivalentea los 25 presupuestos militares juntos de los paísesque le siguen en importancia en el tablerointernacional), podrá invadir Irak en busca de pe tróleo, pero no va a intervenir en su propia frontera porun tema que desde el discurso imperialista considerasin importancia. El sistema económico y político deEstados Unidos protege subrepticiamente a los autoresy cómplices de los asesinatos de mujeres.Deberíamos eliminar la palabra ética de losdiccionarios de todas las lenguas hasta no trocar unaética fragmentaria, falsa, canalla por unaverdaderamente universal.Los mixes, un pueblo indígena de Oaxaca, México,consideran que hay dos maneras de ser rico: por laacumulación de bienes o por la reducción drástica dela necesidad. Nos resistimos desde los márgenes de laexclusión impuesta por el centro del poder. ¿Hayalguna otra alternativa a la vista?El femicidio de Ciudad Juárez ha contagiado a otrasciudades mexicanas: Chihuahua capital, Nogales,Tijuana, León, Torreón, Guadalajara...No es casual queen dichas ciudades se cobije al crimen organizado.¿Estarán también señores del poder detrás de esoscrímenes? ¿Los mismos? ¿Se les habrá ocurrido a losmegalópatas transformar esos rituales en una fiestanacional? El narcofascismo en México ha tomado laforma de todo lo corruptible y se ha mimetizado con lacodicia, cultivada por aquellos que creen en elprecepto: "A quien tiene le será dado y a quien notiene le será quitado".Desde que organismos de derechos humanos y la opiniónpública nacional e internacional pusieron sus ojossobre Ciudad Juárez, los asesinos están alertas. Susnombren han circulado públicamente en México y enmuchísimos otros países. Ya no hay manera de borrar elmanto de duda que envuelve sus vidas. No tienen miedo,saben que nunca irán a la cárcel. Pero, enojadosporque invadieron lo que ellos consideran suscomarcas, sus feudos, han arremetido, por un lado, conuna campaña mediática en los medios locales ynacionales a través de desplegados publicitarios queatesoran no su inocencia, sino su poder económico ypor ende político. Por otro, desde la maquinariaconcentracionaria, han ordenado una nueva ola deamenazas a defensoras y defensores de derechoshumanos, a familiares de las víctimas y a periodistasque han seguido la línea de investigación que losinvolucra en los crímenes. ¿Por qué no aceptandeclarar ante las autoridades lo que saben? ¿Por quélos ha puesto t an nerv iosos el señalamiento que losacusa de partícipes y autores de los asesinatos en elmarco de los mentados rituales?En pocos días el gobierno mexicano hará anuncios"espectaculares", según lo adelantado por la propiaProcuraduría General de la República, en torno a losautores de lo crímenes de mujeres. ¿Pasará lo desiempre? ¿Atraparán a unos policías y narcos de labase de la pirámide o a 'imitadores', que copian elmodus operandi de los crímenes en serie y lesendilgarán asesinatos que no cometieron? Después de laejecución de la defensora de derechos humanos DignaOchoa, ocurrida el 19 de octubre de 2001, que elgobierno maquilló con un suicidio, ¿Con cuál absurdovolverá a poner en evidencia su burla a la democraciay el avasallamiento de los derechos humanos?Nosotras en movimiento¿Por qué no llegar a la verdad a través de un procesoconjetural y creativo? ¿Por qué no refugiarse en laintuición en estado puro en lugar de la lógica chataque sólo nos deja hablar de aquello que conocemos? Larealidad no es objetiva por quien la imponga nisubjetiva por quien la interpreta de acuerdo a suobservación y su reflexión conciente. La realidad estáaquí y ahora para ser explorada, analizada,desconstruida. ¿Sino cómo nos defendemos del poder yde aquello que se quiere implantar a fuerza de dogmas,falacias y ficciones psicopáticas? ¿Por qué no apelara una verdad reconstruida no por lo que vemos delantede nosotros, sino por lo que hay detrás de lo quevemos? El eclipse entre la razón y la irracionalidadno dará respuestas pero nos obliga a replantear laspreguntas. No cobijemos la linealidad deacontecimientos. Entendamos la realidad no por lo quepercibimos del contexto próximo, sino por esos hilosinvisibles e imperceptibles que sostienen y retroalimentan nu estros actos armonizados con el entorno másamplio. La realidad tiene grietas y en esas grietas secuela la escisión entre el cuerpo y el espíritu, lanecesidad de establecer una jerarquía entre undominador-dominado, dominada (el meollo epistemológicono está en obedecer sino en aceptar la obediencia comouna orden). ¿Por qué no atrevernos a leer la realidadal revés o a trastocar su interpretación pararescatarnos de las certezas? La realidad tiembla y enesa incertidumbre constante que nos depara a cadapaso, nos alerta, nos susurra metáforas. Nos obliga aasumir nuestra propia condición humana.También se trata de reducir el miedo, de convertirloen un objeto de inspiración si es que intentamossobrevivir al terrorismo sexual.Congelan sus destinos en el momento del secuestro.Intentan extirparlas de la realidad. Les roban sussueños, les arrebatan sus pequeñas alegrías cotidianasde gente sin ambición por el poder, sin codicia, sinansias de demostrar la virtud competitiva exigida porel individualismo. Ellas quieren vivir su vida:trabajar, estudiar, enamorarse, criar hijas e hijos,transcurrir en el tiempo, envejecer.Pero les toca conocer la atrocidad como últimaexperiencia vital. Y les seguirá tocando a muchasmientras no confluyamos en una solidaridad expandidadesde una red social internacional, organizada pormujeres que queramos ayudarlas para ayudarnos anosotras mismas.Otro mundo es posible, con nosotras en movimiento, enacción. ¿Tan desgarrador es asimilar el paradigma deque nos matan por ser mujeres? No podemos seguirviviendo en un duelo histórico permanente. ¿Qué nospasa? ¿Dónde estamos? Abandonemos la cárcel de laapatía. Salgamos de las academias, las fábricas, loslaboratorios, las casas, las oficinas, los campos.Unámonos. Atrevámonos a construir un nuevo movimientosocial.La sombra de las asesinadas nos persiguen. Sus vocesson filosos aullidos en el panóptico de ladesesperación. Desesperar para comprender. Paramodificar la actitud del cuerpo. Respetar a lasvíctimas. Hallar los resquicios de la belleza en eldolor de la pérdida. Imaginar su entereza en esemomento que precede a la muerte: ¿Sabes lo fuerte quees una mujer para resistir la agresión hasta losúltimos instantes de su existencia, arrancándole vidaa la sangre, respiración a la asfixia, cicatriz a lamutilación, dignidad a la violación? ¿Cómo se atrevena considerarnos débiles? Desde esa supuesta debilidad,hoy más que nunca hemos levantado nuestra voz parareclamar el espacio que no nos han dejado ocupar.Desde esa resistencia mortal estamos denunciando entodos los países del planeta que la violencia machistay misógina nos mata.Nos matan por ser mujeres pero no tienen el poder dequitarnos nuestra identidad, nuestra condiciónfemenina, nuestra elección por la vida.Tal vez haya llegado la hora de rebelarnos a lospostulados del exterminio, de la negación delotro-otra. Tal vez haya que tirar abajo las bases delparadigma cartesiano.Cerremos filas en contra de la agresióninstitucionalizada con una acción planetaria conjunta.Paralicemos la tierra con una resistencia pasiva encontra del terrorismo sexual, de los ejércitos, de lafabricación de armas de destrucción masiva, de lasmafias, de las naciones imperialistas, de laconcentración de la riqueza, de los fanatismossupuestamente liberadores...Dejen de matarnos. Desde los extremos y desde losmatices. En Ciudad Juárez y en todos los confines deluniverso.---------------------------------------------------------------Graciela Atencio Apuntes conjeturales y periodísticospara una novela, abril de 2004. Escrito en solidaridadcon madres de víctimas, familiares de inocentesencarcelados (los chivos expiatorios), activistas,defensoras y defensores de derechos humanos, yperiodistas -y amigos-, que han sido hostigados,torturados, amenazados de muerte, perseguidos ovigilados en Ciudad Juárez, Chihuahua Capital,Distrito Federal, El Paso (Texas) y San Francisco(California).
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